Son bocetos por pintar,
alojados en ténue pincelada,
pasada a veces tan suave
que por momentos
llegan a no decir nada.
Son esbozos labrados
con tinta de sangre,
en vetusto pergamino
vasto y sin costado
pero igual de arrugado.
La pluma seca
pide más sangre,
la pincelada sutíl
evapora el alma
ya no aflora nada ...
el candíl se apaga.
alojados en ténue pincelada,
pasada a veces tan suave
que por momentos
llegan a no decir nada.
Son esbozos labrados
con tinta de sangre,
en vetusto pergamino
vasto y sin costado
pero igual de arrugado.
La pluma seca
pide más sangre,
la pincelada sutíl
evapora el alma
ya no aflora nada ...
el candíl se apaga.
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