Pinceladas.

Son bocetos por pintar,
alojados en ténue pincelada,
pasada a veces tan suave
que por momentos
llegan a no decir nada.

Son esbozos labrados
con tinta de sangre,
en vetusto pergamino
vasto y sin costado
pero igual de arrugado.

La pluma seca
pide más sangre,
la pincelada sutíl
evapora el alma
ya no aflora nada ...
el candíl se apaga.

Hombres con anteojeras.

No me prejuzguen por salvar la amistad,
que yo no comulgo con ruedas de molino,
no me nieguen el saludo,
ni me levanten la mirada,
pues como "al animal de tiro",
no les vi "anteojeras" colocadas,
desdichados aquellos
que buscan la amistad
en el "portar de una vara".

No engrandezcan
a aquel que mal reza,
ni elogien ni halaguen
a falsos hermanos,
que para gobernar
hay que ser grande,
y quitarse las "anteojeras"
y buscar día tras día
la amistad ...
mirada tras mirada.

"Pedro, antes de que cante el gallo
tú mismo, me negarás tres veces".

Calle encalada.

Luminosa mañana de un día
del mes de Abril,
el olor a primavera, fue mudo testigo
la calle ... angosta y tortuosa
regalaba cientos de flores colgadas
entre sus rejas y ventanas.

Por esa calle ... angosta y solitaria
tu andar, medido y pausado
hacía talla sobre el granito ya tallado.

Por esa calle ... angosta y perfumada
mi ojos vieron tu silueta
de mujer deseada.

Por esa calle ... angosta y encalada
mi mano por primera vez
acarició tu mano.

Caricias de Luna.

Mira a la Luna
que más da el lugar ...
hazlo donde estés,
lleva hacia ella tu mano,
está ahi para tí
acaríciala con cuidado
es piel de mujer,
notas que se mueve ?
notas que te humedece ?
notas que te abandona ?
notas que se pierde ?
notas que se va ?
y que más da ... lo que ella haga,
si está ahi para tí
y mañana de nuevo aparecerá,
y te hará otra ronda,
y volverás a acariciarla,
pero nunca lo olvides ...
hazlo con cuidado,
porque es piel de mujer.

Noche oscura.

Cuando aparece la noche,
no me gusta abrazarme
a cuerpos en llamas,
ni dar la mano
a afiladas lanzas,
ni encender velas
en prohibidas alcobas,
ni buscar la luz
en el brillo de una daga.
Cuando aparece la noche,
no doy enhorabuenas
a vacías almas,
ni busco cobijo
en amistades falsas,
ni oigo ya el trinar de aves
en mi tejado adoctrinadas,
ni busco el sol ya vencido
por la luna en diaria batalla,
pero tú, bola de pelo largo y negro
de ojos hundidos y de brillante mirada,
escogiste una noche para saltar a la calle
y abandonar tu morada.

Placeres.

La vida está llena de placeres intensos,
que se guardan en tarros de cristal,
para verlos y recordarlos,
y a los que no se les abre la tapa,
para no dejarlos escapar.
Me surge una duda ...
qué sería una vida sin esos tarros ...
si además se le puede unir
una frágil memoria
endeudada, por el precio que tiene
el pasar de los años ... ?
Quiero seguir endeudándome
día a día, año tras año,
y disfrutar de esos placeres,
que a veces surgen de la nada,

y embriagarme otoño tras otoño,

del olor ...

de la primera tierra mojada.